Breve ensayo sobre actualidad y antiguedad (una mirada helicóptero)

Si lees libros de historia te darías cuenta de que esto ya pasó alguna vez. De que está pasando y de que jamás va a dejar de suceder.

Lo más preocupante de todo esto es que si de verdad, desde lo más profundo de tu ser, desearías que lo que pasó, no pase y no vuelva a pasar. Entonces harías las cosas que no se hicieron.

Ya hubo matanzas encarnizadas, inquiciones violentas, colonizaciones, evangelizaciones, estafas de todo tipo, leyes fraudulentas, especulaciones en detrimento del pueblo, conquistas, guerras, asesinatos por poder. Todo esto pasó desde el Antiguo Egipto (hace diez mil años o menos) hasta el día de la fecha.

Lo más triste de todo es que somos concientes de todo el mal, pero revertirlo implica un cambio de mente radical que nadie —ni siquiera yo que escribo esto—, nadie está dispuesto a hacerlo.

Si quisiesemos cambiar ya lo hubiesemos hecho. Pero no se trata de guita, se trata de poder.

Somos el producto de unos valores injertados, no son nuestros valores originales. Creo que todo es un caldo de cultivo. Que es una mezcla de cosas: medios, política, economía, inseguridad, sociedad, historia.

De nada sirve rasgarse las vestiduras, decir que el linchamiento está bien ¿Cuántas veces cagan a patadas o matan a un chorro? ¿Cuántas? Miles ¿Cuántas televisan? Es la primera o segunda. ¿Qué están queriendo con esto? ¿Crisparnos? ¿Violentarnos más? Agitar el avispero es solo el modo más soez para decirte ¡Ey hay un problema y tenés que hacerlo mierda! ¡Nadie hace nada! ¡Hacelo vos! Total no pasa nada.

El real problema es lo que va a venir mañana, si seguimos creyendo que esto no pasó, que no pasa y que de esta forma jamás volverá a pasar.