miércoles, 24 de julio de 2013

La amistad 2.0: el análisis que me debía.

La amistad 2.0

un análisis tardío, pero que tenía que publicar



Ha pasado el controversial día del amigo. Digo controversial porque algunos dicen que no existe el día del amigo, que es todo el año, y otros dicen que es necesario sostener esta convención para tener una excusa para juntarse.

Yo soy de los que creen que el día del amigo no tiene día o fecha. Pero también soy de los que creen que los cumpleaños y demás cosas no deberían celebrarse. Por una cuestión obvia.

Ya he mencionado en el primer posteo este dilema; no voy a volver a tocarlo. Pero si decir, o reiterar, que no es justo saludar solo en cumpleaños y después nada.

Hoy en día las redes sociales casi que ayudan a mantener esta convención viva. Siempre que entramos a Facebook, nos avisa que fulano de tal cumple años. Entonces la casilla, muro y demás se llena de mensajes superfluos que dicen “feliz cumple”. Fin del contacto.

Entonces pensar en estas cosas nos dispara un nuevo dilema: la amistad.

Es muy fácil para nosotros considerar o no considerar a alguien como amigo. Sólo nos distancia un click. Eso es ahora. Esa solicitud de amistad enviada indica que esa persona pertenece a ese círculo de amigos tuyo. Pero no es tan así, pero a veces si es tan así.

Lo cierto es que Facebook abrió todavía más el análisis sobre la amistad. Antes el campo estaba tan bien delimitado y hoy en día está tan difuso. Es mucho más amplio.

Antes para ser amigo había que compartir secretos, andanzas o hacer algo que mereciera la pena ser amigo de esa persona. Había un motivo claro representado en acciones. Hoy en día no es tan así. Basta con conocerse, pasarse el Facebook y pertenecer a una clase de “pseudo-amigos”.

Algunos me dirán, casi con aires quijotescos: «pero si yo a estos no los considero como amigos, solo están ahí para que me pueda comunicar y mostrarme mejor». Si, esto es así. Pero esta definición se deforma cuando hablamos con alguien, que no conocemos, y entablamos una relación de amistad cibernética profunda. Le contamos nuestros pensamientos, anécdotas, situación actual, etc. ¿Entonces no hay amistad ahí o sí?

Pero la cancha se embarra más todavía si pongo de manifiesto que un amigo de Facebook te ha eliminado. Entonces ahí casi que dentro de uno se producen una serie de peleas bizantinas en dónde dice: « ¿qué le habrá pasado a este tipo para que me eliminara? ¿Le habré hecho algo?». Entra en nosotros casi un sentimiento de culpa por la pérdida inexorable de este amigo.

Pensamos que quizás hemos comentado con desatino, o que no hemos respondido sus mensajes, etc.


Entonces los amigos de Facebook ¿Son o no son?
Si los tenemos nos generan sosiego. Si nos eliminan nos ponemos quejumbrosos.

En mi opinión personal, por el uso que le doy, ningún amigo cibernético o de Facebook, va a ser mi amigo si no lo conozco. No le doy ese uso. Así que no voy a hablar de mí en esta oportunidad.

Creo que los amigos de Facebook son amigos. Pero son otra clase de amigos. No los que siempre tuvimos y que cada tanto vamos a comer una pizza.

Nos importa, de estos, lo que nos puedan ponderar. Esto es la importancia que le den a nuestros aportes o no. O lo que nos aporten en la inmediatez.

Dicho de otra manera: cuando una persona me escribe un mensaje diciendo que tiene un problema y yo se lo resuelvo (sea cual sea). Ese “cariño” adquiere valor por lo inmediato. O sea, que establezco una amistad porque hablé y le solucioné vaya a saber qué. Soy su amigo porque adquiero un carácter utilitario.

Por ejemplo: es muy común que con nuestros amigos de carne, a penas los veamos, nos acordemos de algo que pasó hace años. Entonces este afecto es más sentimental, está intacto en la memoria. En cambio en Facebook el cariño está dado por si ayudo o no ayudo, o por si aporto o no aporto. Si eso que aporté tiene valor en lo inmediato. Entonces este afecto tiene que ver con el uso.


Para mí ni está bien y ni está mal. La verdad es que Facebook lo único que hizo es replantear o modificar o cambiar las relaciones (o, en este caso, las amistades). No hizo que los que pertenecen al ciberespacio no sean nada y que sus comentarios no valgan. Hizo que tomen otro tinte.


Este debate quizás lo continúe en el próximo. Hoy estuve escribiendo en total casi cinco horas. Pero quería dejar algo, aunque sea mínimo.

Sólo nos queda pensar en la posibilidad de pensar que las relaciones ahora tienen vericuetos más conflictivos: hay más lugares en dónde esa relaciones se puede fortalecer o despedazar.



Entonces ¿Es bueno o malo?

0 Comentarios:

Publicar un comentario

 

Subscribe to our Newsletter

Consultas o comentarios

Email: literaturacomomagia@gmail.com

El equipo